Un poco de Legion
Siglos
después de aquellos soldados de los Tercios de Flandes (que rememoró el
Capitán Alatriste), nuestros soldados de los tercios de ahora siguen
teniendo valor, ingenio, un par de... y poca paciencia.
Legionarios en Bosnia-Herzegovina,1993.- ¡Real como la vida misma!
Noticia absolutamente verídica y exponente de una virtud española muy práctica: La improvisación.
EL “HUMVEE”, LA RUEDA Y ¡LOS COJONES!.
El día había empezado mal para la Sección cuando en la papeleta del
servicio diario les tocó salir de escolta de protección de un “pez
gordo”, algún político de visita, algún altísimo mando militar o algún
mandamás de la organización, cuya boina azul (o casco en este caso)
portaban los soldados que desde muy temprano revisaban los motores de
los “Bemeerres”, los fusiles, las municiones, los chalecos y demás
equipo. Andaban todos jodidos y enfurruñados pues resultaba que el
“pájaro” de turno había solicitado que a la escolta española, asignada
por ser aquella nuestra zona de responsabilidad, se sumasen un par de
vehículos norteamericanos.
Debió ser que el personaje en cuestión
vería nuestros flamantes Nissan Patrol entoldados y diría que allí se
montase Rita, que él quería uno de aquellos modernísimos y bestiales
todo terrenos yanquis, los Hummer.
Así que el convoy sale desde
Jablanica dirección norte, hacia un pueblo que se llama Gorni Vakuf y
dónde se daban de hostias unos y otros sin descanso ni miramientos, y
los españoles allí en medio, toma valle del Neretva y la madre que lo
parió.
La cosa marcha como siempre, que si disparan a los vehículos,
que si por allí caen bombazos de mortero, que si ¡ojo! no asome
vuecencia la gaita, hasta algún camarada es herido y curado sobre la
marcha y “tira pálante, que esto no es ná cohones”.
Avanzan los
vehículos por la difícil carretera y los que van dentro de los Nissan
miran con mucha envidia las puertas de sólida chapa de los “Humvees” y
luego acarician la lona del vehículo español, “Toldos Cuenca” pone en
una esquinita, y con la vieja resignación hispana y el no más viejo
humor se descojonan de la risa:
-Pos no tienen que llevá caló ni ná ésos ahí metidos.
-Yo prefiero el Nissan.
-¡Donde va a comparar, compadre!
Y los hombres que van en la caja, clavándose el afuste de la radio, los
hierros de la lona y sujetándose con las rodillas como pueden, sonríen y
reparten tabaco entre ellos, justo cuando un pepinazo cae cerca y hace
que la lona del vehículo se estremezca y los hierros suenen que ni una
bailaora en un tablao de Sevilla: ¡Taclataclaclactlaclaclacclac!-
con las suspensiones rebotando y el teniente que va delante acordándose
de los japoneses, del ministerio y de la madre que parió al encargado
de compras y material.
Entonces, de repente, el convoy se detiene, se activan las alertas, se despliegan los hombres, ¿qué pasa?, ¿qué pasa?...
Resulta que a uno de los vehículos norteamericanos se le ha pinchado
unos de sus neumáticos, gordos, sólidos y teóricamente semiblindados.
Allí está el caucho desparramado sobre el asfalto y el conductor
mirándolo con cara de no saber siquiera que el cacharro aquel tenía
ruedas. Dentro, un oficial yanqui agarra la radio y empieza a transmitir
coordenadas y novedades, se le ve muy serio y compungido:
¡Houston, tenemos un problema…!
El oficial español, que parla inglés, que le escucha y comunica al
convoy la noticia de que hay que esperar pues los norteamericanos han
solicitado, “por avería grave” el cambio de vehículo y están preparando
en su base el helicóptero, un “Chinuk” nada más y nada menos, para los
legos en materias militares el helicóptero en cuestión es ése negro y
enorme de dos rotores en lo alto y del que suelen colgar cosas como
camiones o cañones:
-¿Y cuanto hay que esperar mi teniente?
-pregunta un legionario con barba de varios días, descamisado y con el
chaleco antifragmentos abierto, se le ve al hombre cansado, con ojeras y
como se dice en España, hasta los mismos cojones-.
-Pues un par de horas lo menos… Mientras preparan y arrancan y pitos y flautas…
-¡Vaya putada, mi teniente!, hoy había celebración de cumpleaños del cabo Rogelio…
-¡Es verdad!, pero hay que joderse, ya sabéis, España nos mira y eso…
-¿Y por qué no cambian la rueda, mi teniente?
La pregunta es tan obvia que resulta casi estúpida, pero todos se miran
asombrados y se ponen en pie, sonrientes. ¡Seremos gilipollas!, se
dicen y el teniente que parla hereje les dice a los norteamericanos que
oye, que eso que cuelga del bastidor es otra rueda y que se pone
sustituyendo a la otra y listo.
Pero los yanquis se miran unos a otros con cara de haba:
-¿What?
-¡Que la rueda, desnortaos!
Pero los soldados yanquis no mueven un músculo. Y las horas empiezan a
pasar lentas, muy lentas, y los legías venga mirar el reloj, y en la
base el cabo Rogelio destapando la primera botella de “Yonigualquer”, y
entonces se levanta uno, flaco, desgarbado, con un cigarro entre los
labios y se queda mirando la rueda pinchada:
- ¡Mi teniente, permiso pa cambiar la rueda!
- Estos no traen la llave de ruedas de pulgadas.
- Eso lo arreglo yo si me da usted permiso…
El teniente se acerca al oficial aliado y le comenta el plan, que esto
lo arreglamos nosotros y así nos quitamos de esta posición tan expuesta y
tal y tal. El otro accede no sin antes advertir al oficial español la
diferencia de medida entre ellos y los atrasados europeos que usan el
sistema métrico decimal y que por tanto las herramientas que traen en
dotación los españoles no sirven:
-¡Nema Problema amigo!, en
dotación los españoles traemos también el ingenio -dice sonriente el
español, a su espalda se oye un grito anónimo-.
-¡Y los cojones, mi teniente!
El legionario flaco y con cara de pícaro agarra una llave fija de
medida superior al tornillo del “Humvee”, luego, con un destornillador
plano ocupa el espacio que quedaba y empieza a tirar con fuerza. Los
norteamericanos se quedan patidifusos cuando se escucha el seco ¡Clac!
del primer tornillo cediendo:
- ¿WHAAAATTTTT?
Y más de piedra se
quedan cuando los compañeros del legionario se turnan para aflojar los
tornillos del vehículo, meter el gato de un Nissan, que apenas puede
levantar al mastodonte americano, quitar el neumático pinchado y poner
el otro.
Los norteamericanos no ha dejado de tomar notas en ningún
momento, todos con sus lapicitos y cuadernitos con el sello del US ARMY.
Y mientras, el “pez gordo”, que ha visto toda la operación sin abrir la
boca decide que el viaje de regreso lo hará en uno de aquellos
destartalados Nissan españoles, que serán más inseguros e incómodos,
pero que seguramente le llevarán a donde quiera ir sin tener que esperar
un helicóptero, no porque resulten mejores vehículos, todo lo
contrario, sino porque resulta que los tíos aquellos mal afeitados, mal
encarados, que rumiaban en español palabras que al “pez gordo” le
sonaban fatal, resulta que son los más avispados soldados de toda la
UNPROFOR, los únicos capaces de sacarle de un atolladero con un
destornillador y una llave grande.
Y así, el convoy regresa sin más
novedad a la base y sin más bajas que una rueda semiblindada de “Humvee”
tirada en una curva de la M-16 cerca del pueblo de Gorni Vakuf, en el
valle del Neretva. Seguro que si la rueda hubiese sido española, allí no
se queda. Y el cabo Rogelio pudo celebrar su cumpleaños junto a sus
camaradas que se pegaron toda la noche partiéndose el pecho de risa
mientras se imaginaban el “Chinuk” a medio camino recibiendo la noticia:
-Charlie uno, Charlie uno, aquí base…
-Aquí Charlie uno, cambio…
-Regrese de inmediato, misión cancelada, cambio…
-¿Motivo?
-Un soldado aliado que según mensaje recibido del mando español “estaba hasta los cojones de esperar”.
-Ok, Roger, regresando a base, Charlie uno cierro…
A. Villegas Gonzalez. Abril 2012
Relato basado en hechos reales ocurridos durante el servicio de la
Agrupación Táctica CANARIAS en Bosnia-Herzegovina, entre abril y octubre
de 1993.
2 comentarios:
¡Qué grandes!
Y puedo asegurar, que ademas de las habilidades del que haya escrito el articulo, las cosas pasan asi de verdad en estos casos. Alguna no tan bueno pero parecido me he encontrado.
Gracias por pasar y dejar tu apoyo por los nuestros fuera de casa :)
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